de Stefano Carbone
Vampiro
Me nutro de ti cada noche,
incapaz de olvidar tu latido,
único don celeste
capaz de aplacar mi verdugo.
Momia
El precio de la eternidad:
tinieblas y soledad.
albergar venganza,
para un futuro sin esperanza.
Hombre lobo
Dejo la manada
por la soledad.
prefiriendo la luna,
que concede libertad.
Frankenstein
No te engañes,
el trueno me dio la vida
y la noche un hogar.
Tú solo juntaste las piezas,
nada más.
Hidra
Muchas caras,
una por cada herida
que te debo.
Godzilla
Mi indócil ira
es el feroz grito
de tierra y mar,
extenuados de callarse
frente a toda esta ruina.
Alien
Me quedaba pequeña la tierra,
así elegí el cielo.
lo desconocido:
anhelo fecundo de mi ser.
Gremlin
Mójame con tu desprecio
y verás la furia
de mi progenie.
Así que ten cuidado,
que la tormenta
solo procrea furia y Olvido.
Fauno
Celebro la tierra,
matriarca de nuestro existir,
sustento al deseo
de hombres crueles.
Zombie
Me convertí en ellos
sin darme cuenta:
mutuo, trabajo y renta.
¿Qué fue de mi tiempo?
¿Qué fue de mi fe?
Kraken
El eterno mar
me hizo rey del abismo
y ahí espero,
hasta el final de los tiempos.
Medusa
Una mirada libre
petrifica a quien se conforma.
Por esto paseo entre estatuas,
por la mayoría del tiempo.
Fantasma
No es la soledad,
cuanto el fantasma
de tú y yo,
tormento apenado,
que no deja descansar
mi alma embrujada.
Dragón
Vaga ilusión de los hombres,
creerse siempre el predador.
Por esto me cazan:
no aguantan la humillación
de ser presa.
Troll
Me antoja la noche,
me antoja el alcohol.
Plácido instinto,
beso de piedra desnuda,
que me generó.

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.