Micropoema Jade / Giada

de Stefano Carbone


Hoy me agarro a tu recuerdo,

a pesar de que sea polvo en el desierto,

un pequeño grano en un collar de jade,

una joya entre la muchedumbre descompuesta,

un lazo llameante que recuerda a mi hogar

ahí, entre las calles de Coyoacán.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Giada

de Stefano Carbone


Oggi mi aggrappo al tuo ricordo

anche se è solo polvere nel deserto,

un piccolo grano in una collana di giada,

un prezioso fra la moltitudine scomposta,

un filo fiammante che mi ricorda casa

lì, fra le strade di Coyoacán.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Huella / Segno

de Stefano Carbone



Siento la calle húmeda,

como el recuerdo de una tormenta

que todavía no ha llegado a su cenit.


La advierto aquí, respirar cerca,

un remolino de nubes obscuras,

hija rebelde de los relámpagos,

voraz de violencia y soledad,

descendiente de la virtud

que florece entre las ruinas.


No te tengo miedo,

ni lo tengo a NOSOTROS:

misterio alumbrante incapaz de dejarme descansar

tiempo echado a perder en algún lugar,

una tierra que duerme en el fondo del océano atlántico,

isla hundida por la ὕβρις de nuestra vanidad.


Vacuo anhelo sin raciocinio,

incapaz de encontrar un sentido

que no sea la libertad que sustenta su propria existencia.


No sé si me lo creo más,

ni sé si me creo,

o si estoy convencido que toda esta búsqueda de la felicidad

tenga realmente un significado

o si es simplemente un relleno de espacio

entre desilusión y amargura.


Me acerco a ti,

perpetua pena de lejanía

y me pregunto qué será de nosotros

en un año, un milenio o un segundo,

incapaz de entender que el destino todavía queda en blanco

también para los más valientes.


Y quizás ni el interrogarse baste,

y solamente el silencio puede contestar

a lo que tú y yo estamos siendo.


El futuro es informe,

la nebulosa de Orión

recostada entre tus piernas,


e igual un viejo telescopio, pueda darme una anticipación,

una visión incierta, para vislumbrar una sombra,

una flébil marca de lo que será:

queda un mordisco en nuestra historia,

pero no sé, si es por hambre o defensa,

huella de una evolución que todavía no tiene nombre:

cáscara de un contenido ilusorio,

la sombra de la distancia, o de un nuevo empiezo.


Ni los astros saben,

amor,

o quizás soy yo, que ya no entiendo su arcano idioma.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Segno

di Stefano Carbone


Sento la strada umida

come il ricordo di una tempesta

che non ha ancora raggiunto il suo apice.


La avverto qui, respirare vicino,

un vortice di nuvole oscure,

figlia ribelle del fulmine,

vorace di violenza e solitudine,

discendente della virtù che fiorisce tra le macerie.


Non ho paura di te, né di NOI:

mistero luminoso incapace di lasciarmi riposare,

tempo perduto in qualche luogo,

una terra che riposa sul fondo dell’Oceano Atlantico,

isola affondata dalla ὕβρις della nostra vanità.


Desiderio vuoto senza ragione,

incapace di trovare un altro significato

che non sia la stessa libertà

che sostiene la propria esistenza.


Non so se ci credo di più,

non so nemmeno se credo a me stesso

o se sono convinto che questa ricerca della felicità

abbia davvero un significato

o se è solo un riempitivo tra la delusione e l’amarezza.


Mi avvicino a te,

pena perpetua nella distanza,

e mi chiedo cosa ne sarà di te e di me

tra un anno, un millennio o un secondo,

incapace di comprendere

che il destino è un foglio ancora bianco

anche per i più valorosi.


E forse nemmeno domandarselo è sufficiente,

e solo il silenzio può rispondere

a quello che siamo io e te.


Il futuro non ha forma:

la nebulosa di Orione

distesa fra le tue gambe,

e chissà, un vecchio telescopio, potrebbe darmi un’anticipazione,

una visione incerta, per intravedere un’ombra,

un debole segno di ciò che sarà:

rimane ancora un morso nella nostra storia,

ma non so, se è per fame o difesa,

come la traccia di un’evoluzione che ancora non ha nome:

il guscio di un contenuto illusorio,

l’ombra della distanza o di un nuovo inizio.


Nemmeno le stelle sanno,

amore,

o forse sono io che non comprendo più il loro linguaggio arcano.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Unicornios de memoria

de Carlos Salem (@carlos.salem), Stefano Carbone (@poesiasyhechizos), Anna Gister( @anagister), Toni Steffan (@toni.steffan) Dama M. (@damanisaju), Emmanuel Reyes Pérez (@emmanuelreyesperez1) Belina Fernandez (@fernandezbelina)


Guardo en cajas de cristal un grano de arena de cada playa que pisé, y las cenizas del tabaco para tallar figuras de humo. Tengo dos recuerdos en la boca. Los cangrejos caminan por mi ropa. Colecciono todas las borracheras en las que te besé creyendo que eras otro.

Conquisto una mente orgullosamente apátrida de sentimientos, como un peregrino que arrastra un baúl de recuerdos enlazados a su cuello, y te conviertes en cantos de sirena que me acechan a la vuelta de la esquina.

Me voy de vacaciones al ascensor de un edificio abandonado, en el que suben las certezas y bajan, mareadas,las incertidumbres. Llevo un graffiti en el bolsillo para colorear soledades en blanco. Voy a pintar el cielo en estas cuatro paredes, y en el techo, el infierno.

Un recuerdo avainillado llena mi ira vacía, saciada con el tacto, saboreo la redundancia de tu piel ahorcada de deseo y te recuerdo indefectiblemente cada noche a mediodía.


Recupero de la nevera mis emociones caducadas y las muerdo, Doy de comer a mi perro las sobras que dejaste en tu huida. Hay un pastelito con tu nombre y aunque tiene moho, huele a nuevo. Me voy a beber todas mis autoflagelaciones hasta vomitar orquídeas, mientras atasco el fregadero con amores en fecha de consumo preferente.

Retuerzo palabras que salieron por tu boca, apuñaladas de reproches, descuelgo cada nudo de mi mente y lo guardo hasta la próxima mudanza. Es inútil que vengas a buscarme, no fui capaz de irme del todo.

Y aquí sigo, estrangulando unicornios de memoria.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Micropoema Nuestro tiempo / Il nostro tempo

de Stefano Carbone


Me queda muy chiquito nuestro tiempo,

Pacífico asombro de un grafiti rascado,

color ganado en una pared solitaria

un rato que me deja aquí, con la boca a sabor lima,

incapaz de saciar la sed ni de quedarme con ganas.

Igual no es nada,

solo un rayo de luz en las calles de Coyoacán:

el suspiro de una frágil esperanza.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Il nostro tiempo

de Stefano Carbone


Il nostro tempo mi sta piccolo,

Pacifico stupore di un murales raschiato,

colore conquistato in una parete solitaria

un attimo che mi lascia qui, con la bocca con sapore a lime,

incapace di saziare la sete, né di lasciarmi con desiderio.

Ma forse non è niente,

solo un raggio di luce fra le strade di Coyoacán:

il sospiro di una fragile speranza.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Poesía / Poesia

de Stefano Carbone


Te dejas llevar,

lejos de la raya,

lejos de mí,

volando encima de un fuerte costado,

un soplo de ingenua luz,

sólida de perpetuo ardor.


Y miras a quien te pasa de lado,

audaz como si fueras el viento del sur,

capaz de quemar la piel desde adentro,

y pintar de azul la ciudad,

abrumada de un caro peaje:

un cielo de falsas promesas.


Sabes a mar, amor y flor de jamaica,

eres la voz del pobre y del rico

incapaz de callar su locura:

sosiego de venganza y pasión

frente al frío inicuo

de quien suplica palabras.


Eres fulgor,

una noche de encanto en Latinoamérica

la tierra que trascurre entre un océano y otro,

una línea de demarcación

que paso sin permiso de residencia

voraz de mito y calle.


Eres el cielo de Madrid

y ahí queda,

porque no existe nada

que sea más grande que tu hogar,

luz del día cuando aún es noche,

vino y papeles enredados,

una sanación verdadera.


Tú,

hoy (y siempre):

el pulcro asombro de la noche.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.


————–

Poesia

di Stefano Carbone


Ti lasci andare

allontanandoti dal limite,

da me,

volando su un forte costato,

un soffio di ingenua luce,

solida di fuoco perpetuo.


E guardi chi ti passa a fianco,

audace come se fossi il vento del sud,

capace di bruciare la pelle da dentro,

e dipingi la città di blu,

sopraffatta da un pedaggio costoso:

un cielo di false promesse.


Hai il sapore del mare, dell’amore e del fiore di ibisco,

sei la voce dei poveri e dei ricchi

incapace di mettere a tacere la sua follia:

calma di vendetta e passione

di fronte all’iniquo freddo

di chi implora parole.


Sei splendore,

una notte d’incanto in America Latina

la terra che intercorre fra un oceano e l’altro,

una linea di demarcazione

che oltrepasso senza un permesso di soggiorno

vorace di mito e strada.


Sei il cielo di Madrid,

null’altro può definirti,

perché niente esiste

che sia più grande di casa tua:

la luce del giorno quando è ancora notte,

vino e carte annodati,

una guarigione vera.


Tu,

oggi (e sempre):

la pulcra meraviglia della notte.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Última confesión de Sor Juana / L’ultima confessione di Suor Juana

de Stefano Carbone


Estás son mis últimas palabras.

A la orilla de la muerte

abrazo mi rebeldía,

sin miedo a la condena.


Toda mi vida me llamaron subversiva.

Y admito que lo fui.


Ni el rechazo ni la adversa voluntad me detuvieron,

quise estudiar entre los hombres,

pantera en jauría de lobos,

incapaces de concebirme a su altura.


Tomé los hábitos, me consagré al conocimiento.

Así elegí mi vida, rechazando otro destino

que no me condujese hasta el pulcro saber.


A esto me dediqué, sin ningún remordimiento,

ya que no se puede ahorcar el infinito

o detener las palabras, cuando el mismo eterno las inspira.


Volé a través de las estrellas, agarrándolas en sueños,

persiguiendo un conocimiento imposible

que merezca la emoción de la búsqueda.


Y a pesar del desconcierto, y del desprecio,

el tiempo me dará la razón y pondrá todo en su lugar.


Y tú, poeta extraviado,

perdido entre los pliegues de la historia,

manchada por necias mentiras,

me encontrarás a lado de Hipatia,

y de todas las mujeres que como yo,

fueron silenciadas por el gentío,

incapaz de considerarnos nada más que madres o esposas.


Ahí descanso, lista para despertar a quien luche a mi lado,

que la verdad nunca muere,

ni ahogada por el olvido del tiempo.


Así dejo escrito,

que quede grabado:

remito mi alma al infinito,

renunciando a todo

menos que al saber,

alas de libertad que nadie podrá quitarme.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

L’ultima confessione di Suor Juana

di Stefano Carbone


Queste sono le mie ultime parole.

Sull’orlo della morte

abbraccio la mia ribellione,

senza alcun timore di condanna.


Per tutta la vita mi chiamaron sovversiva.

E ammetto di esserlo stata.


Né il rifiuto né l’avversa volontà m’hanno fermata,

volevo studiare fra gli uomini,

pantera in un branco di lupi,

incapaci di concepirmi alla loro altezza.


Presi i voti, dedicandomi alla conoscenza.

Così scelsi per la mia vita, rifiutando altro destino

che non mi portasse al pulcro sapere.


Mi dedicai a questo, senza rimpianti,

poiché l’infinito non può essere taciuto,

né le parole fermate, quando l’eterno le ispira.


Ho volato tra le stelle, catturandole in sogni,

inseguendo un sapere impossibile,

che merita l’emozione della ricerca.


E nonostante lo sconcerto e il disprezzo,

il tempo mi darà ragione e metterà tutto al suo posto.


E tu, poeta smarrito,

perso tra le pieghe della storia,

macchiata da folli menzogne,

mi ritroverai accanto a Ipazia,

e a tutte le donne che come me

sono state messe a tacere dalla folla,

incapace di considerarci nient’altro che madri o mogli.


Lì attenderò, pronta a destare chi combatterà al mio fianco,

giacché è impossibile uccidere la verità,

né annegarla nell’oblio del tempo.


Così scrivo,

e che venga messo agli atti:

rimetto la mia anima all’infinito,

rinunciando a tutto

meno che alla conoscenza,

ali di libertà che nessuno mi potrà togliere.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Micropoema Calle / Strada

de Stefano Carbone


La calle es una hoja blanca,

sobre la cual escribiremos nuestra revolución,

marchando en voz alta,

para extinguir este miedo.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Strada

di Stefano Carbone


La strada è un foglio bianco,

sul quale scriveremo la nostra rivoluzione,

marciando ad alta voce,

per estinguere questa paura.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Micropoema Libre / Libera

de Stefano Carbone


Miedo, asombro delirio,

frio azul, encarcelado de anhelo.

Me acerco a la aurora,

encarcelado entre estas paredes,

hormigón y betún.

Solo la noche me libra,

dejándome incapaz de comprender

su obscuro infinido.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Libera

di Stefano Carbone


Paura, attonito delirio,

azzurro gelido, incarcerato di deseo.

Mi avvicino all’aurora,

incarcerato fra queste pareti,

cemento e asfalto.

Solo la notte mi libera,

lasciandomi incapace di comprendere

la sua oscurità infinita.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Soplo de eternidad

de Marutopia

y Stefano Carbone


Las voces del tiempo

arañan las estrellas

y caen como una estrella fugaz,

sobre mi almohada.

Pienso tu olor a rosas mojadas.


Rezo por verte una vez más.


Un día te encuentro en mi jardín.


Tus manos tatuadas

de versos insomnes,

Siguen el camino de mi espalda,

donde brotan susurros

de hierba, café, delirio, alas.


Tu mirada de luna manchada,

me desviste

entre los cúmulos de nubes.

Noches espumantes de un presente mítico,

hecho con hilos de ayer,

que día a día muere

y renace en fábulas rojas,

de un edén inagotable.


Ahora es un presente

detrás de un sillón,

en penitencia.

Dicen algunos,

por sacrilegio

a la voz femenina

de mis ancestros,

mi madre,

tierra atávica del eco de mi ayer,

hogar de mis recuerdos,

raíces que buscan el camino hacia mi centro,

siguiendo la voz de la lluvia,

feroz melodía indiferente,

que alterna estaciones dentro de mi pecho.


Sigues dejándome anhelo,

un instante de calma infinita

a pesar del plúmbeo manto que cada día se extiende sobre el mundo,

viviendo de prisa,

engaño de conformidad,

por miedo a soledad y silencio.

Y tú,

incapaz de olvidar este sosiego,

tempestad eléctrica en mi pupila,

tu haces la diferencia,

como la línea que separa el mar del cielo,

me dejas sin respiro, incapaz de separarte del infinito.


Tu me recordaste, que el tiempo no pertenece a nadie,

que la vida es un soplo de eternidad

incapaz de parar su curso, a pesar de la inquietud.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Micropoema – Hola / Ciao

de Stefano Carbone


Te saludé hoy,

a la altura de Cibeles,

como si fueras una amiga

adornada de luz e inmensidad.


Pero me había equivocado,

volví a mirar y te enfoqué bien

enredado en el desorden de Gran Vía:

no eras una amiga, eras mi hogar.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Ciao

di Stefano Carbone


Ti ho salutato oggi,

al’altezza di Cibeles,

come se fossi un’amica,

adornata di luce e immensità.


Ma mi ero sbagliato,

son tornato a guardarti

e l’ho capito,

perdendomi nel disordine della Gran Via,

non sei un’amica, sei casa.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.