de Stefano Carbone
Nunca te eché de menos,
solo nuestros besos me faltan:
rimas gemelas
en un mundo que nos vive en prosa.
Un espacio para compartir poesía
de Stefano Carbone
Nunca te eché de menos,
solo nuestros besos me faltan:
rimas gemelas
en un mundo que nos vive en prosa.
Tραγῳδία
de Stefano Carbone
Me gustaría tenerte aquí,
como si fuéramos Patroclo y Aquiles,
enrollados en una cama demasiado pequeña
para echarnos de menos.
Un momento de pura luz, antes de la tragedia.
de Stefano Carbone
El perfumen de la aurora:
tú,
espejo de gracia divina, belleza indefinible,
género sin confín que abarca el brotar del infinito.
Micropoema Mismo latido/ Lo stesso battito
de Stefano Carbone
Me atrevo a cada beso que nos damos por la calle
así, como para destripar separaciones
y me abandono a esta imparable revolución,
como un planeta que osa seguir una ruta distinta
de las que le impongan otras fuerzas gravitacionales.
de Stefano Carbone
Pinto este día de contrastes,
índigo y violeta,
angustia por el futuro,
una sonrisa fuera de estación,
que resiste a pesar de este viento boreal:
estreno de rencor y de recuerdo.
de Stefano Carbone
Hoy se me quedó solo mi cáscara,
como una casa sin paredes que guarda el techo en equilibrio:
me sobra tiempo para construir,
pero no sé si lo suficiente para gozar del calor de un hogar renovado.
de Stefano Carbone
Soy como un cactus coloreado de rosa,
enmarcado de cruel pintura,
un suplemento innecesario a mi naturaleza
que ahoga las ganas en favor de un brillo plástico.
de Stefano Carbone
Hoy me agarro a tu recuerdo,
a pesar de que sea polvo en el desierto,
un pequeño grano en un collar de jade,
una joya entre la muchedumbre descompuesta,
un lazo llameante que recuerda a mi hogar
ahí, entre las calles de Coyoacán.
de Stefano Carbone
Me queda muy chiquito nuestro tiempo,
Pacífico asombro de un grafiti rascado,
color ganado en una pared solitaria
un rato que me deja aquí, con la boca a sabor lima,
incapaz de saciar la sed ni de quedarme con ganas.
de Stefano Carbone
La calle es una hoja blanca,
sobre la cual escribiremos nuestra revolución,
marchando en voz alta,
para extinguir este miedo.